Es normal sentir ansiedad antes de una entrevista de trabajo. Estas situaciones pueden tener un impacto significativo en nuestras carreras y vidas. Reflexionar sobre ello puede ser de gran ayuda para aprender a manejar nuestras reacciones. Aquí te presentamos algunos desencadenantes comunes de ansiedad en los procesos de selección:
Miedo al rechazo: Es natural temer ser excluido, ya que el rechazo puede afectar nuestra autoestima, aumentando la ansiedad y el estrés.
Competencia o comparación: Saber que hay otros candidatos puede afectar nuestra seguridad.
Incertidumbre: La falta de control sobre diversas variables puede generar ansiedad, a veces haciendo que olvidemos aspectos que sí podemos controlar.
Bloqueo: Olvidar datos importantes de nuestra historia laboral puede aumentar la ansiedad.
Autoevaluación extrema: Es crucial tener conciencia de uno mismo, pero dudar demasiado de nuestra valía es contraproducente.
Entonces, ¿qué podemos hacer al respecto? Aquí tienes algunas sugerencias:
Lleva un registro: Anota tus emociones antes y después de la entrevista. Esto te permitirá identificar patrones, ganar perspectiva y monitorear tu progreso.
Prepárate adecuadamente: Investiga sobre la empresa y el puesto, pero también estudiaTE a ti mismo. La entrevista se trata en gran parte de ti, así que prepárate para destacar.
Objetivos adicionales: Además de ser seleccionado, busca que te conozcan mejor, haz networking y practica para acumular experiencia.
Recuerda que la ansiedad no es la única emoción que experimentamos en la búsqueda de trabajo. Sea miedo, confianza, cansancio o entusiasmo, ser consciente de estas emociones puede reducir la incertidumbre y mejorar la preparación.
En resumen, ¿maldita ansiedad? No necesariamente. Cada emoción consciente puede abrir oportunidades, tanto en el ámbito laboral como en la vida en general. Al igual que la famosa frase «lo que no se mide no se mejora/gestiona», podríamos agregar que, de lo que no somos conscientes, tampoco. ¡A enfrentar esas entrevistas con confianza!